Los antibióticos se han utilizado desde la década de 1940 y han conducido a una reducción drástica en la enfermedad y muerte por enfermedades infecciosas. Pero de acuerdo con el Grupo de Trabajo Federal sobre resistencia a los antimicrobianos, "el uso extensivo de los antimicrobianos se ha traducido en la resistencia a las drogas, que amenaza con revertir los avances médicos de los últimos setenta años." Dado que los antibióticos se han utilizado tan ampliamente y durante tanto tiempo, resistencia a los antibióticos se ha convertido en una amenaza importante para la salud pública.
En respuesta, ha habido un esfuerzo concertado por parte de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) y otros. para animar a los médicos y a los pacientes a usar antibióticos más sabiamente. Desafortunadamente, poco se ha hecho para reducir el uso de antibióticos en las granjas, donde la mayoría de estos medicamentos se administran.
Aproximadamente el 80 por ciento de los antibióticos que se venden en los Estados Unidos se utilizan en la producción de carne y de las aves de corral La gran mayoría se utiliza en animales sanos para promover el crecimiento, o prevenir enfermedades en condiciones de cría insalubres o de hacinamiento. La industria de producción de carne y aves de corral argumenta, sin embargo, que no hay nada malo en esto. Se dice por ejemplo que "el uso en animales de los antibióticos contribuye poco o nada a la carga de la resistencia humana a los antibióticos."
Una pregunta clave es, ¿puede el uso de antibióticos en animales promover el desarrollo de difíciles de tratar super bacterias resistentes a los antibióticos que hacen que las personas se enfermen? Y si puede, serian las enfermedades de rara ocurrencia, y los riesgos teóricos o por el contrario podría el uso de antibióticos en animales plantear una amenaza grave para la salud humana.
La Unión de Consumidores (Consumers Union) ha concluido que la amenaza a la salud pública por el uso excesivo de antibióticos en animales productores de alimento, es real y creciente.
Los seres humanos están en riesgo tanto por la posible presencia de super bacterias en la carne y las aves de corral, así como por la migración general de super bacterias a el medio ambiente, donde pueden transmitir a otras bacterias su inmunidad genética a los antibióticos, incluyendo a bacterias que hacen que las personas se enfermen.
Numerosas organizaciones de salud, como la American Medical Association, American Public Health Association, la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, y la Organización Mundial de la Salud, están de acuerdo y han pedido, una reducción significativa en el uso de antibióticos usados en la producción de alimentos de origen animal.
Opinión de los científicos expertos.
Durante más de dos décadas han concluido que existe una relación entre el uso de antibióticos en animales y la pérdida de eficacia de estos fármacos en la medicina humana. En 1988, el Instituto de Medicina (parte de la Academia Nacional de Ciencias) llegó a la conclusión de que "la comisión considera importante, aunque todavía escasa, los datos que muestran el flujo de diferentes clones de salmonella de animales de granja medicados con antibióticos en concentraciones su terapéuticas, a través de los productos cárnicos, a los seres humanos, que de este modo adquieren salmonelosis clínica.
Diez años más tarde, el Consejo Nacional de Investigación (parte de la Academia Nacional de Ciencias) llegó a la conclusión de que "se puede demostrar un vinculo entre el uso de antibióticos en animales productores de alimentos, el desarrollo de microrganismos resistentes en los animales, y la propagación de agentes patógenos zoonóticos a los seres humanos "
En 2003, un Taller de expertos co-patrocinado por la Organización Mundial de la Salud(OMS), la Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA) y la Organización Mundial de la Salud Animal (OIE) concluyó que "existe una clara evidencia de consecuencias adversas para la salud humana debido a organismos resistentes resultantes del uso no humano de los antimicrobianos. Estas consecuencias incluyen, las infecciones que no se habría producido de otro modo, la frecuencia cada vez mayor del fracaso de los tratamientos (en algunos casos la muerte) y el aumento de la gravedad de las infecciones ".
En 2010, la FDA, el Departamento de Agricultura de EE.UU., y el CDC testificaron ante el Congreso que hay una conexión entre el uso rutinario de antibióticos para la producción de carne y la disminución de la eficacia de los antibióticos en las personas.
El Dr. Thomas . Frieden, director del CDC, señaló que "existe una fuerte evidencia científica de un vínculo entre el uso de antibióticos en animales productores de alimentos y la resistencia a los antibióticos en los seres humanos"
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Más recientemente, en 2012, la FDA declaró: "El mal uso y el abuso de los medicamentos antimicrobianos crea una presión selectiva evolutiva que permite a las bacterias resistentes a antimicrobianos aumentar en números más rápidamente que las bacterias susceptibles a antimicrobianos y aumenta así la oportunidad para que las personas se infecten por bacterias resistentes"
También en 2012, la FDA, en su regulación final prohibiendo ciertos usos adicionales de cefalosporina en determinados animales productores de alimentos, declaró: "En lo que se refiere al uso de medicamentos antimicrobianos en los animales, la Agencia considera que el riesgo más significativo para la salud pública asociado con la resistencia antimicrobiana es la exposición humana a los alimentos que contienen bacterias resistentes a los antimicrobianos derivados de la exposición de los animales productores de alimentos a los antimicrobianos
Sin embargo, la industria ganadera sigue aduciendo que, si bien el uso de antibióticos puede tener algo que ver con la resistencia a los antibióticos de las bacterias en la granja, no es un problema importante para la salud humana, y que son requeridos pocos cambios en las prácticas actuales.
¿Qué pasa en la granja
Numerosos estudios han demostrado que el uso rutinario de antibióticos en la granja promueve super bacterias resistentes a los medicamentos en esas instalaciones. Algunas de las evidencias más dramático se produjeron como resultado de la aprobación de la FDA de fluoroquinolonas - una clase de antibióticos que incluye Cipro (ciprofloxacina), que se ha utilizado en la producción de aves de corral desde 1995.
En 1999, casi 20 por ciento de las muestras de pechugas de pollo contenían Camplobacter una bacteria resistente al ciprofloxacin que causa enfermedades mortales. Después de una larga lucha en los tribunales, la FDA finalmente prohibió el uso de la droga en 2005, para ese momento casi el 30 por ciento de las C. coli encontradas en las pechugas de pollo eran resistentes a la ciprofloxacin; para el año 2010, la resistencia a la ciprofloxacin se había reducido al 13,5 por ciento
La razón de esto es que cuando se suministran antibióticos a los animales, las bacterias dentro y alrededor de los animales están expuestos a la droga, y muchos de ellas mueren. Pero siempre hay algunas a las que la droga no puede matar, y las que sobreviven y proliferan, Voila, super bacterias.
Sin negar estos hechos, la industria argumenta esencialmente que lo que sucede en la granja se queda en la granja. Puede haber algún super bacterias allí, pero no afectan a las personas. Hay dos rutas principales, sin embargo, por la cual super bacterias pueden salir de la granja e infectar a los humanos. Una de ellas es una ruta directa, a través de los productos cárnicos y de aves de corral, y la otra es una ruta indirecta a través del medio ambiente.
Las super bacterias se mueven de la granja a la cocina
Una vez que aparecen en la granja, las super bacterias definitivamente pasan a la cocina, a través de la carne y aves de corral crudos. Pruebas de Consumer Reports en pollos, tanto en el 2006 como en el 2010 revelaron la presencia generalizada de patógenos resistentes a antibióticos en los productos de aves de corral encontrados en los mercados. En ambos años, más de dos tercios de las muestras de pollos estaban contaminadas con Salmonella y / o Campylobacter, y más de 60 por ciento de esas bacterias eran resistentes a uno o más antibióticos.
La industria argumenta que incluso esto no es un problema porque la gente sabe cocinar el pollo completamente. De hecho lo hacen, pero los paquetes pueden gotear en el refrigerador, o las tablas de cortar se pueden contaminar, así como otros problemas. No existen datos fiables sobre la frecuencia con que esto puede causar una enfermedad, especialmente difíciles de tratar enfermedades, porque la mayoría de la gente simplemente puede capear una infección y la estadística se desvanece en el fondo lo de los aproximadamente 48 millones de casos de enfermedades transmitidas por alimentos que tenemos anualmente en el EE.UU..
Pero de vez en cuando un brote de supe bacteria es lo suficientemente grave como para llamar la atención del Centro para el Control de Enfermedades. Uno de esos casos ocurrió en el 2011, en el cual el picadillo de pavo estuvo vinculado a 136 enfermedades y una muerte, todo causado por una cepa de Salmonella resistente a cuatro antibióticos distintos, ampicilina, estreptomicina, tetraciclina y gentamicina. Unos 36 millones de libras de pavo molido fueron retirados del mercado.
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Otro caso fue el de carne molida de la cadena de tiendas de comestibles Hannaford, en Nueva Inglaterra , vinculado en el 2011 a 19 infecciones y por lo menos 7 hospitalizaciones , todas causadas por una cepa de Salmonella resistente a múltiples antibióticos, incluyendo amoxicilina / ácido clavulánico, ampicilina, ceftriaxona, cefoxitina, kanamicina, estreptomicina, y sulfisoxazole.
Las super bacterias se mueven De la granja al Medio Ambiente
Las super bacterias también pueden propagarse más allá de la granja y amenazar la salud pública a través de la transmisión al medio ambiente. Esto puede suceder de varias maneras, en particular a través de los trabajadores, o del escurrimiento agrícola. Una vez que super bacterias desarrolladas en la granja, salen de ella, pueden intercambiar material genético y dar su resistencia a otras bacterias, incluso de otros géneros y especies, que nunca han estado en contacto con antibióticos. Esto puede suceder en lagos, en los animales salvajes, e incluso en el tracto digestivo humano.
Los trabajadores son particularmente propensos a adquirir las bacterias resistentes de los animales y llevarlas a otro lugar. Un estudio de los trabajadores avícolas en la península de Delmarva descubrió que estos tenían 32 veces más probabilidades de acarrear la Escherichia coli resistente a la gentamicina, y más de cinco veces más probabilidades de acarrear E. Coli resistente a múltiples medicamentos, en comparación con otras miembros de otras comunidades. Un estudio realizado en el Midwest encontró el Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (MRSA por sus siglas en Ingles), en el 70 por ciento de los cerdos y el 64 por ciento de los trabajadores de una planta, mientras que no se encontró MRSA en los cerdos o los trabajadores en otra planta dn otro estado, lo que sugiere que el MRSA se mueve entre cerdos y humanos.
De hecho, un cuidadoso análisis genético ha encontrado que una cepa particular de MRSA en los cerdos (por ejemplo ST398) originado como un S aureus sensible a meticilina (MSSA) en los seres humanos, saltó en los cerdos, donde adquirió resistencia a la meticilina y la tetraciclina, y luego saltó de nuevo a los seres humanos, donde se le conoce como MRSA asociada al ganado (LA-MRSA) . Esta LA-MRSA (por ejemplo ST398) es muy frecuente en los Países Bajos, donde es responsable de más del 20 por % de todos los MRSA.
Sin embargo, las bacterias resistentes también pueden escapar de una operación de ganado a gran escala (a menudo conocidas como una operación de alimentación de animales confinados, o CAFO) por un número de rutas, incluyendo a través del estiércol aplicado a los campos como fertilizante, de los camiones de transporte de animales, del viento o incluso a través de las moscas atraídas por el estiércol las que pueden contaminarse y transmitir nte bacterias resistentes Un estudio publicado recientemente del río South Platte encontró que los genes de resistencia a antibióticos (que codifica la resistencia a las sulfonamidas) eran 10.000 veces más alto en los sedimentos del río aguas abajo de grandes granjas de ganado (aquellas con mas de 10.000 cabezas de ganado) en comparación con los sedimentos del río aguas arriba de dichas granjas El mismo estudio encontró estos mismos genes de resistencia a antibióticos eran sólo 1.000 veces mayor en plantas de tratamiento de aguas residuales que descargan decenas de millones de galones de aguas residuales por día, en comparación con los sedimentos prístinos .
Las bacterias en muchos entornos fácilmente pueden intercambiar genes que codifican para resistencia a los antibióticos, con bacterias vecinas. Genes de resistencia a antibióticos a menudo se encuentran en elementos genéticos móviles, especialmente los plásmidos, transposones e integrones que puede moverse fácilmente entre las bacterias de la misma o diferentes especies, lo que facilita la propagación de la resistencia a múltiples fármacos por múltiples tipos de bacterias.
La industria dice que el 40 por ciento de todos los antibióticos utilizados en la granja son medicamentos (llamados ionóforos) que no se utilizan en la medicina humana, por lo que no importa si las bacterias se vuelven resistentes a ellos. Sin embargo, un estudio realizado por científicos del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) y la Universidad de Cornell que implican la monensina, uno de los ionóforos más utilizados en la producción de ganado en los EE.UU., demostró que el uso de la monensina en la alimentación del ganado y la selección de bacterias resistentes a la monensina conducer a un aumento de 32 veces en la resistencia a la bacitracina, que si se utiliza en la medicna humana Este estudio demuestra que no se puede afirmar que los ionóforos no se pueden seleccionar para resistencia cruzada a cualquier antibiótico utilizado en la medicina humana. El estudio pidió más investigación Por lo tanto, es apropiado considerar el uso de ionóforos como parte de los antibióticos que se utilizan en la agricultura animal.
Conclusión
El uso de antibióticos en las granjas sin duda representa un riesgo para la salud humana. El uso de antibióticos puede promover la creación de grandes superbacterias que pueden contaminar la carne y aves de corral y causar enfermedades difíciles de curar en personas.
Superbacterias También pueden salir de las granjas a través de los trabajadores del campo, el viento, la escorrentía y la vida silvestre. Incluso si no causan inmediatamente enfermedades, las bacterias están especialmente equipadas para el intercambio de inmunidad genética a través de sus plásmidos, con otras bacterias, dondequiera que las encuentren
Es por estas razones que los que trabajan en el área de la salud publica y la FDA han venido proponiendo limitar el uso de antibióticos en el ganado durante más de tres décadas (véase la lista más abajo). La Unión de Consumidores cree que, como medida de prudencia, se debe reducir drásticamente el uso de antibióticos en animales productores de alimentos, y eliminar por completo su uso para estimular el crecimiento o la prevención de enfermedades en los animales sanos.
Algunas de las organizaciones que apoyan las Restricciones en el uso de antimicrobianos en la producción animal:
· American Medical Association
· American Public Health Association
· Sociedad de Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos
· World Health Organization